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Agroforestería

Con la revolución verde, nuestro sistema agroalimentario desarrolló un perfil marcadamente industrial que privilegia un estilo de producción homogéneo y busca maximizar una salida única.  Sin embargo, en la mayor parte de las culturas, podemos encontrar prácticas en donde se verifica la integración de varios componentes productivos que se gestionan de un modo complejo. 

Agricultura biodinámica

Basado en una serie de ocho conferencias sobre agricultura que dictó en Schlessin[1], a petición de un grupo de agricultores que empezaron a notar la degradación del suelo de sus fincas así como un deterioro de la salud y la calidad de los cultivos y el ganado, Rudolf Steiner publicó en 1924, un libro titulado “Curso sobre agricultura biológica-dinámica”; una forma de producción que con el tiempo, pasó a ser conocida como agricultura biodinámica.

Permacultura

En los años 70, como respuesta a los problemas de contaminación del suelo, del agua y del aire, ocasionados por prácticas agrícolas e industriales insostenibles, los australianos Bill Mollison y David Holmgren, comenzaron a desarrollar una serie de ideas para crear sistemas productivos estables basados en los siguientes supuestos:

Agroecología

En nuestro artículo “El costo de la revolución verde” explicábamos como la incorporación de tecnología y la intensificación de prácticas culturales, si bien permitieron incrementar significativamente los rendimientos de las cosechas, también han deteriorado considerablemente los recursos naturales causando daños que en ocasiones son irreversibles.