La Constitución
dominicana plantea que “el agua es un patrimonio nacional estratégico de uso
público, inalienable, imprescriptible, inembargable y esencial para la vida” y
que el consumo humano tiene prioridad sobre cualquier otro uso (2).
Adicionalmente,
la Ley Nº 1-12 sobre la
Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, contempla como uno de sus objetivos
estratégicos, garantizar el acceso universal a los servicios de agua potable y
saneamiento, estableciendo un plazo no mayor de 5 años para la reforma de ese sector (3).
Esperamos que esta disposición se cumpla, ya
que el país necesita con urgencia un marco jurídico que permita la regulación
efectiva y sostenible, debido a que, en los últimos años, los conflictos
asociados al agua se han agudizado.
Desde 2013, el
país sufre un ciclo de sequía que se acentúa en 2014 y se hace crítico en 2015.
Ese año culmina con lluvias por debajo de lo normal, de acuerdo al registro en
el 85% de las estaciones que conforman la red de la Oficina Nacional de
Meteorología, según se puede ver en la gráfica.
Al iniciar
2016, el volumen total de agua almacenada en los principales embalses del país
era del 50,28%[1].
Adicionalmente, los pronósticos indican que la temporada seca de 2016,
coincidirá con la fase de máxima intensidad del fenómeno El Niño[2], lo que
indica que tendremos otro período seco más acentuado de lo normal.
A mediados de
marzo, el volumen de agua almacenado en nuestros embalses representaba sólo el
33,41% de la capacidad útil existente (5).
La situación es crítica, y a diferencia del año pasado, los temas que dominan
la agenda social en este año electoral, dificultan aún más que a nivel nacional
se tome conciencia de la magnitud del problema. Es decir, de lo que representa
la escasez de agua y su
impacto en la economía[3],
la salud y la calidad de vida de todas las personas que vivimos en la República
Dominicana, sin hablar del futuro.
Existen
iniciativas recientes enfocadas a la búsqueda de soluciones, aunque muy
localizadas territorialmente[4].
Garantizar
la disponibilidad de agua y su gestión sostenible, así como el saneamiento, es primero
una obligación del Estado, con la que debemos contribuir todas y todos; y en
segundo lugar, es un compromiso país adquirido al asumir los Objetivos de
Desarrollo Sostenible.
Esto
supone un reto de cara a la realidad que enfrentamos:
- En la zona rural, el 14% de los hogares no utiliza fuentes de agua mejoradas para beber y el 24% carece de instalaciones de saneamiento (6)
- Existen conflictos de jurisdicción no resueltos entre las diferentes entidades que gestionan el agua generan confusión y dilatan la toma de decisiones.
- La falta de ordenamiento territorial, está “provocando la degradación de las cuencas hidrográficas debido a los conflictos de uso entre zonas mineras, áreas protegidas y zonas agrícolas.
- Los delitos y las infracciones en las zonas productoras de agua[5] no se persiguen con suficiente ahínco y no se cuenta con los medios necesarios
- Hay limitaciones para la formación de recursos humanos
- La articulación interinstitucional es limitada y en algunos casos inexistente
- Adolecemos de una visión política y gerencial sobre el recurso:
- A nivel municipal, no hay claridad sobre cómo se deben afrontar los conflictos de uso del agua en el territorio. En plena temporada de sequía, la Alcaldía del Distrito Nacional volvió a colocar piscinas públicas en el Malecón de la ciudad durante el feriado de Semana Santa lo que implicó un consumo de 431,54 m3 de agua.
- La baja asignación presupuestaria de la Corporación de Acueductos y Alcantarillados de Santo Domingo restringe su capacidad operativa, para corregir las pérdidas por fugas y averías que la propia CAASD estima en un 20% (7)
- La CAASD tiene además una pérdida comercial del 40% debido a que:
- La tarifa que se cobra por el servicio no se indexa para reflejar el aumento de los costos de operación. Producir un metro cúbico (m3) de agua potable cuesta 25 pesos pero, se comercializa a 6 pesos (7)
- No todos pagan por el servicio altamente subsidiado
En
conclusión, ha faltado más diálogo, compromiso y búsqueda de consensos e
involucramiento con el resto de los actores, y con la población, por parte de
las instituciones públicas responsables de la gestión del recurso, así como
voluntad política de los tomadores de decisiones del Estado, con sentido de
urgencia.
La
solución no está en manos de un solo sector, será el resultado de la participación
y del empeño de todos y todas.
Bibliografía
1. ONU. http://www.un.org/. [En línea] 1992. [Citado el: 23 de
marzo de 2016.] http://www.un.org/es/events/waterday/background.shtml.
2. Congreso Nacional. Constitución
política de la República Dominicana. Santo Domingo : Gaceta oficial,
2015. Vol. Nº 10805.
3. Congreso Naiconal. Ley
Nº 1-12 que establece la Estrategia Naiconald de Desarrollo 2030. Santo
Domingo : Gaceta Oficial, 2012.
4. Santo Domingo solo cuenta con
reservas de agua para los próximos 35 días. 7 días.com. julio, 28 de
julio de 2015, Vol. 28.
5. González Tejera, Manuel. Pronóstico climático,
volumen útil de embalse y NDVI del período 14. Santo Domingo : s.n.,
2016.
6. ONE. http://one.gob.do/. [En línea] [Citado el: 1
de abril de 2016.] http://one.gob.do/Categoria/Efemerides.
7. Salcedo, L y Castillo Tió, R. Presentación durante
el acto de celebración del día mundial del agua organizado por el Ministerio
de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Santo Domingo : s.n., 2016.
8. ONU. http://www.un.org/. [En línea] [Citado el: 23
de marzo de 2016.] http://www.un.org/es/events/waterday/.
9. AECID. Fondo de Cooperación para Agua y
Saneamiento. [En línea] Cooperación Española. [Citado el: 22 de marzo de
2016.]
http://www.fondodelagua.aecid.es/es/fcas/donde-trabaja/paises/republica-dominicana.html.
10. Alianza Latinoamericana de Fondos de Agua.
www.fondosdeagua.org. [En línea] [Citado el: 23 de marzo de 2016.]
http://www.fondosdeagua.org/es/fondo-de-agua-santodomingo.
[1] El país cuenta con 35 presas
construidas con capacidad de almacenamiento de 2.191,4 millones de metros
cúbicos.
[2] El Niño es la fase extrema de un
patrón climático recurrente que implica cambios en la temperatura de las aguas
en la parte central y oriental de la franja tropical del Océano Pacífico. Las aguas superficiales se calientan o
enfrían entre 1-3ºC en comparación a la normal, afectando directamente a la
distribución de las precipitaciones en las zonas tropicales. Esto ocurre durante períodos que van de tres
a siete años.
[3] De acuerdo a la ONU, la mitad de todos los
trabajadores en la tierra están empleados en sectores relacionados con el agua (8)
[4] El Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS) un instrumento de la Cooperación
Española para asegurar el acceso a agua potable y saneamiento a poblaciones más
necesitadas (9)
El Fondo de Agua de Santo Domingo
constituido mediante la firma de un convenio entre un colectivo de entidades
gubernamentales, empresariales, académicas y no gubernamentales encabezada por
el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales y The Nature Conservancy
con la finalidad de mejorar la salud de los ecosistemas productores de agua y
reducir los aportes de sedimentación a los embalses para garantizar a los
usuarios la disponibilidad de agua en cantidad y calidad suficientes en el
largo plazo (10)
[5] El país cuenta con 17 zonas productoras de agua
localizadas en los principales sistemas montañosos pero que son alimentadas por
la lluvia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario