Sus efectos inciden en el
medioambiente en primer lugar, y pueden dañar los recursos naturales por lo que
todos los países, en mayor o menor grado, deben tomar medidas para adaptarse a
estas circunstancias y evitar el colapso de sus economías y medios de vida. El
cambio climático es un problema real con repercusiones a escala planetaria.
Las proyecciones basadas en el
crecimiento de la población y los esquemas de consumo indican que el cambio
climático tiene una alta probabilidad de reducir la estabilidad de la
producción de alimentos, sobre todo en las zonas más vulnerables. La seguridad alimentaria debe ser un tema
estratégico para cualquier Estado. Es clave conocer la relación entre la
producción agropecuaria y el cambio climático; nuestra condición de isla
incrementa esa vulnerabilidad.
La población mundial -que hace
poco alcanzó los siete mil millones de personas- depende totalmente de la
agricultura que proporciona alimento, fibra y combustible. De ahí que siempre haya habido interés por
alcanzar la máxima eficiencia posible en cualquier rubro de producción.
La agricultura de hoy día, se
ha hecho más eficaz a través de la mejora genética, la mecanización de las
labores, la expansión de regadíos, el uso de fertilizantes y plaguicidas
sintéticos. Otras novedades que también
han contribuido a transformar la agricultura son la orientación al mercado y la
especialización.
Este es uno de los sectores
que mayor cantidad de energía y recursos consume. A nivel global, el 40% de la superficie terrestre del
planeta, está dedicada a la producción de alimentos y el 70% del agua que
consumimos es utilizada para garantizar esta producción. A nivel nacional, estos datos son aún más
significativos ya que, el 55% de las
tierras están destinadas a diferentes tipos de cultivo y este sector consume
aproximadamente el 85% del agua disponible.
Muchos expertos
internacionales coinciden al señalar que los hábitos de producción y consumo
son responsables de la modificación de los patrones climáticos. Siendo la agricultura una actividad tan
intensa y tan necesaria ¿cómo incide en el cambio climático?
La agricultura convencional es una de las mayores fuentes de emisión de
gases de efecto invernadero (GEI) hacia la atmósfera. Genera dióxido de carbono (CO2)
debido a la quema de bosques tropicales; metano (CH4) originado por
la producción pecuaria y óxidos de nitrógeno (NOx) debido al uso excesivo de
fertilizantes sintéticos. Esta única actividad
es responsable del 30% de los GEI emitidos a la atmósfera por la acción
humana. Paralelamente, es una de las
mayores fuentes de presión que causan la pérdida de biodiversidad.
En conclusión, la agricultura
es la mayor fuente de alteración del medio ambiente en nuestros días. Es un mal necesario puesto que, como vimos,
nuestra existencia depende de ella. Por
un lado, la población creciente demanda cada vez mayores cantidades de alimento
y por el otro, para satisfacer esta necesidad, se intensifica la producción
aplicando tecnología convencional que impulsa el cambio climático.
Sin embargo, como la
agricultura es insustituible, es preciso hacer transformaciones profundas en la
forma en que producimos alimentos ya que, con el esquema actual, elevar la
productividad para satisfacer las necesidades de una población en aumento,
implica un incremento en las emisiones de GEI del sector agrícola.
Transformar los sistemas de
pequeños productores resulta imprescindible, no solo en cuanto a la seguridad
alimentaria, sino además para reducir la pobreza de un importante segmento de
la población. Es esencial promover la
adopción de sistemas de producción “climáticamente inteligentes” que reduzcan o
eliminen GEI y que estimulen la resiliencia de los cultivos para hacerlos mas
sostenibles.
Con este fin, se debe “adoptar
un enfoque de ecosistema, trabajar a escala de paisaje (gestionando grandes
zonas y un gran número de productores) y asegurar la coordinación
intersectorial”. Se requiere asimismo,
apoyo institucional y financiero para permitir a los pequeños agricultores la
adopción de nuevas técnicas de producción.
En nuestro país, todo ello requiere
la elaboración e implementación de políticas agrícolas coherentes, e incluso repensar
algunos elementos del Plan de Desarrollo Estratégico del Sector Agropecuario 2010-2020.
Aunque los efectos del cambio climático ya se identifican como una amenaza,
ninguno de los objetivos de dicho Plan contempla acciones encaminadas a mitigar
o promover la adaptación a esos efectos.
……
Bibliografía:
FAO (2010) Agricultura
“climáticamente inteligente”: Políticas, prácticas y financiación para la
seguridad alimentaria, adaptación y mitigación. Roma
Jonathan Foley (Octubre de 2010) The other inconvenient truth. Ted. Recuperado el 13 de abril de
2012 de: http://www.ted.com/talks/lang/en/jonathan_foley_the_other_inconvenient_truth.html
Historia de la agricultura. Rincón del vago. Recuperado el 15 de
abril de 2012 de: http://html.rincondelvago.com/historia-de-la-agricultura.html
Rubens E. (19 de junio 2011) Urge revisión políticas
de riego en RD. Hoy digital. Recuperado el 17 de abril de 2012 de: http://www.hoy.com.do/negocios/2011/6/18/380485/Urge-revision-Politicas-de-riego-en-RD
Ministerio de
Agricultura. (2010) Plan de Desarrollo
Estratégico del Sector Agropecuario 2010-2020. Santo Domingo
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