Las personas
dedicadas a la conservación de la biodiversidad, a menudo necesitan tomar
decisiones sobre cuánto, dónde y cuándo invertir los escasos recursos
financieros que gestionan.
Por lo general, este tipo de decisiones se basa en la información provista por indicadores[1] que les permiten evaluar los ecosistemas de forma total o parcial para conocer su estado de conservación (1).
Estos indicadores
ecológicos pueden representar diferentes componentes de la diversidad como son
composición, estructura y función.
También pueden ser de diferente nivel jerárquico; Es decir, puede
tratarse de una simple especie o toda una comunidad o paisaje.
A menudo se trabaja
con una especie indicadora que no es más que un organismo cuya presencia,
ausencia o abundancia refleja una condición ambiental específica[2] que puede
ser señal de un cambio en la condición biológica de un ecosistema en
particular, y por lo tanto, ser utilizada como un puente para diagnosticar la
salud de un ecosistema (2)
Un buen ejemplo
podrían ser las ballenas jorobadas que todos los años nos visitan. Estos animales ayudan a mantener la estabilidad y la salud de
los océanos, son importantes en el ciclo de los nutrientes e incluso brindan
servicios a la sociedad.
Cuando las ballenas defecan, sus heces aportan nutrientes que estimulan el crecimiento del
fitoplancton, base de todas las cadenas
alimentarias marinas. (3) Al morir, sus cuerpos son una de las mayores
fuentes de detrito que
cae de las capas superiores del océano y al hundirse, proporcionan alimento a
más 400 especies diferentes. A
veces, los restos también terminan en las playas proporcionando alimento a algunas
especies de depredadores terrestres. (3)
Aunque las ballenas
jorobadas gozan de protección internacional desde 1967, (4)
casi todas las especies de estos mamíferos están en peligro de extinción. Sus principales amenazas son la caza
indiscriminada y las colisiones con barcos.
La caza implica sacar las ballenas
de los océanos y al hacerlo, se altera la cadena trófica de especies más especializadas que dependen de estas para su
supervivencia. Esto constituye una
presión que afecta tanto su distribución geográfica, como su éxito reproductivo.
En consecuencia, el declive en la
población de ballenas, eventualmente puede condenar a la extinción a una gran
cantidad de especies diferentes. Mientras que contar con más ballenas en los océanos resulta
muy beneficioso para todo el ecosistema marino.
Otro ejemplo podrían ser los
líquenes que pueden ser utilizados como indicador para determinar la contaminación
ambiental, la calidad del aire, la estabilidad del suelo y hasta el cambio
climático. (1)
Las especies
indicadoras son una herramienta útil de gestión, y pueden ayudarnos a: delinear
una ecorregión, indicar el estado de una condición ambiental, encontrar un
brote de enfermedad, y controlar la contaminación o el cambio climático. En
cierto sentido, se podrían utilizar como un “sistema de alerta temprana” para
anticiparnos a los cambios y realizar intervenciones efectivas de manera
oportuna.
Bibliografía
1. Los conceptos de especies indicadoras,
paraguas, banderas y claves: su uso y abuso en ecología de la conservación. Isasi-Catalá,
Emiliana. enero de 2011. 0378-1844/11/01/031-08.
2. BIOPEDIA.
http://www.biopedia.com. [En línea] 2012. [Citado el: 25 de marzo de 2016.]
http://www.biopedia.com/especie-indicadora/.
3. Vos, Asha de. Why you should care about whale
poo. TED.
4. RTVE.
http://www.rtve.es/. lista-ballenas-mas-amenazadas/336610.shtml. [En
línea] RTVE. [Citado el: 25 de marzo de 2016.]
http://www.rtve.es/noticias/20100621/lista-ballenas-mas-amenazadas/336610.shtml.
[1] Un indicador es un elemento, proceso o propiedad de un ecosistema a
través del cual se puede estudiar o cuantificar, de manera precisa y sencilla
los elementos y el funcionamiento del mismo. (1)
[2] Por ejemplo: distribución, abundancia, éxito reproductivo y
sensibilidad a perturbación o contaminantes.
También pueden reflejar un conjunto único de cualidades o
características ambientales que se encuentran en un lugar específico como un
microclima.
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