La energía es un factor determinante para
el crecimiento, competitividad y la creación de empleo. El consumo de energía de una empresa depende
de factores como:
-
El sector en el que realice
su actividad (industrial, servicios, artesanal, etc.)
-
Tamaño (cantidad de
empleados)
-
La intensidad (maquinaria y
equipos operando a plena capacidad o por debajo)
-
Frecuencia de operación
(diaria, semanal, esporádica)
Por otra
parte, para poder determinar el lugar que ocupa la energía dentro de los costos
de una empresa, es necesario conocer qué otros elementos inciden en la misma,
como por ejemplo: materia prima y maquinaria así como nómina de empleados, y
otros gastos administrativos como pago de tasas e impuestos, primas de seguro,
etc.
En este
sentido, la participación de la energía en la estructura de costos de una
empresa será variable y dependerá en gran medida de los factores ya
mencionados. Sin embargo, la energía es
el factor clave que posibilita la actividad empresarial y comercial como la
conocemos hoy día.
Si
consideramos que la energía se consume generalmente en
forma de electricidad, se puede estimar la
participación que determinados usos tienen con relación al consumo total de
esta. Los supermercados por ejemplo, consumen
hasta un 50% de la energía eléctrica en refrigeración y hasta un 15% en climatización
o acondicionamiento de aire[1]
mientras que en un edificio de oficinas, el consumo eléctrico por iluminación
puede representar hasta el 50% del
consumo total y solo el 15% en
talleres[2].
Un plan de
ahorro energético dirigido a los empleados, puede producir una reducción significativa
del consumo energético en el centro de trabajo al permitirle al personal adquirir:
-
formación en materia
energética
-
motivación para el control
del consumo y la innovación
-
conocimientos para el
adecuado mantenimiento de las instalaciones
En ese
sentido, es importante que la empresa desarrolle y demuestre a sus empleados
una sensibilidad y cultura de eficiencia energética. Esto puede hacerse mediante reuniones
periódicas cortas; coordinación de charlas y distribuyendo información. Los tópicos a tratar en este punto podrían
están referidos pero no limitados a:
-
las implicaciones ambientales
y económicas que supone el derroche energético
-
la importancia y la necesidad
de hacer un consumo razonable de energía tanto dentro como fuera de la empresa
-
el origen y las
características ambientales de la electricidad que se produce en el país
Es
imprescindible que todo plan defina metas y objetivos realistas y
cuantificables así como plazos para su cumplimiento. En ese sentido, resulta fundamental partir de
una línea base o un diagnóstico de referencia que eventualmente permita hacer
las comparaciones para medir el avance conseguido.
A seguidas,
proponemos una serie de actuaciones de formación, información y motivación al
personal que de seguro permitirán un ahorro energético en cualquier tipo de
empresa.
Actuaciones requeridas por la empresa
Como elemento
de motivación al personal, el refuerzo o la adopción de esta cultura de
eficiencia energética por parte de la empresa, puede requerir el afianzamiento
de buenas prácticas y/o algunas adecuaciones en el entorno de trabajo para un
mantenimiento óptimo de las instalaciones.
Entre las mejoras o adecuaciones que cabría destacar están:
-
Pintar las paredes y los techos con
colores claros de forma que se podrá tener un mejor aprovechamiento de la iluminación
natural
-
Sustituir la iluminación de
bombillas incandescentes por focos fluorescentes de bajo consumo. Aunque su precio es mayor, consumen seis veces menos
electricidad y duran de 8 a 10 veces más tiempo que los bombillos
convencionales
-
Disponer el uso de
contenedores que permitan separar los residuos generados atendiendo a su
naturaleza (papel, cartón, vidrio, metales, etc.)
-
Mantener los equipos de
climatización a una temperatura de entre 22 a 24ºC dependiendo de la época del
año. La variación a la baja de un grado,
puede incrementar el consumo de energía hasta en un 8%.
-
Hacer planificación de rutas
para las visitas de servicio a clientes
Actuaciones requeridas al personal
La implicación
del personal en un plan de ahorro de energía es fundamental. Muchas de las medidas que contribuyen a un
menor consumo de recursos y energía son sencillas y su aplicación no tiene
ningún costo asociado. Más bien se trata
de que las personas asuman una serie de recomendaciones en sus actividades del
día a día.
La formación
del personal en materia energética, implica la difusión de buenas prácticas de
gestión entre las que podemos destacar:
-
Aprovechar la iluminación
natural encendiendo las luces sólo cuando sea estrictamente necesario y apagar
las luces si se es el último en salir, o dar el aviso correspondiente
-
Configurar las computadoras
personales para que entren automáticamente en estado de ahorro de energía
cuando se dejen de utilizar.
-
Apagar el monitor (en equipos
de sobremesa) si se van a realizar pausas largas como por ejemplo a la hora de
la comida. Ahí se concentra el mayor consumo energético del equipo
-
Apagar las luces si se es el
último en salir a ser el aviso correspondiente
-
Utilizar calculadoras con
celdas fotoeléctricas
-
Utilizar baterías recargables
en lugar de pilas de un solo uso
Existen además
buenas prácticas que si bien no inciden de manera directa en el consumo
energético de la empresa (a nivel de factura eléctrica); si tienen un efecto
positivo en la gestión global de los recursos de la misma.
-
Utilizar siempre que sea
posible, el correo electrónico y la intranet para recibir y enviar información
en lugar de papel. La elaboración de
papel a partir de material reciclado supone un consumo menor de electricidad en
el proceso de producción
-
Aprovechar los sobres usados
para envíos internos.
-
Imprimir o fotocopiar las hojas
por ambas caras y reutilizar aquellas que
sólo hayan sido impresas por una sola cara.
-
No mezclar el papel de
desecho con la basura para facilitar su reciclaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario