Así como se invierte capital
financiero para obtener rendimientos en un plazo determinado; el capital
natural genera ganancias percibidas a través del flujo de alimentos, fibras,
agua, medicinas, seguridad climática y energía.
No obstante, el modelo de
desarrollo basado en el crecimiento de la economía es un dilema que nos está
llevando a una encrucijada en la que eventualmente, tendremos que hacer una dura
elección entre afectar la economía o dañar la ecología pues para continuar
operando al ritmo actual, necesitaremos sobreexplotar nuestro capital natural lo
que equivale a robárselo a las futuras generaciones.
Si bien los gobiernos tienen la
obligación y el compromiso de ayudar a sus ciudadanos a salir de la pobreza; como
sociedad resulta claro que no seremos capaces de hacerlo a menos que
redefinamos nuestro concepto de prosperidad basado en el crecimiento y el
consumo.
La inversión estimula estas
variables en un círculo vicioso de creación destructiva; el crecimiento se da a
partir del uso y deterioro de recursos naturales empujados por un apetito
insaciable que acaba generando ansiedad en la gente que se ve obligada a
comprar o consumir aunque no lo necesite.
La valoración y gestión del
riesgo para la toma de decisiones financieras sobre el capital natural es un
conocimiento en construcción. Son muchas
las empresas que aún no comprenden ni valoran en su justa medida los riesgos y
oportunidades de sus productos en relación con el medio natural.
Conscientes de esta realidad,
un grupo de 37 ejecutivos de instituciones bancarias, compañías de seguros y
agencias de inversiones de 13 países, apoyaron la firma de la "Declaración
del Capital Natural” como una actividad paralela a la cumbre de Río+20.
Esta idea fue promovida por la
Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente y Global
Canopy Programme. Tiene por objetivo hacer entender que activos como el
agua, el aire, el suelo y los bosques son un "capital fundamental"
que incide en la actividad comercial de las empresas afectando su estructura de
costos, competitividad e imagen corporativa.
Para
obtener beneficio sin depredar los recursos naturales, se debe reorientar la
política de crédito e inversión para fomentar operaciones y desarrollar cadenas
de suministro y oportunidades de negocio de modo que se proteja el capital
natural del cual depende nuestro futuro.
Esto
requiere de medidas fiscales que por un lado desalienten la erosión y al mismo
tiempo, ofrezcan incentivos a aquellas empresas que integren, valoren y tomen
en cuenta el capital natural en su modelo de negocio.
Paralelamente,
es necesario invertir en esquemas de transición hacia una actividad económica
más sostenible con bajas emisiones de CO2 e infraestructuras con
diseño bioclimático. La inversión es la relación entre el presente y el futuro.
Un presente compartido y un futuro común que nos da esperanza.
Bibliografía:
Frayssinet F. (18 de junio de
2012) Capital natural se abre paso en el mundo financiero Recuperado el 26 de
febrero de 2013 de http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=100994
¿Qué es el capital natural?
Recuperado el 27 de febrero de 2013 de https://sites.google.com/site/capitalnaturalcolombia/-que-es-capital-natural
Global Canopy Programme
recuperado el 28 de febrero de 2013 de http://www.globalcanopy.org/
Capital Natural Colombia. Recuperado el 28 de febrero de 2013 de https://sites.google.com/site/capitalnaturalcolombia/home
Declaración sobre el Capital
Natural. Recuperado el 26 de febrero de 2013 de http://www.naturalcapitaldeclaration.org/wp-content/uploads/2012/04/natural_capital_declaration_es.pdf
Jackson T. (julio de 2010)
Economics of climate change. Ted Talk. Recuperado el 20 de octubre de 2012 de http://www.youtube.com/watch?v=Lp29wq5F4Fw
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