La economía verde, es una iniciativa impulsada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA) y se define
como “un sistema de actividades económicas relacionadas con la producción,
distribución y consumo de bienes y servicios que resulta en mejoras del
bienestar humano en el largo plazo, sin exponer a las generaciones futuras, a
riesgos ambientales y escasez ecológicas significativas”.
El PNUMA promovió en 2008
el Pacto Verde Mundial, en
2009 publicó el informe “La economía de los ecosistemas y la biodiversidad” (del
proyecto TEEB por sus siglas en inglés) y en 2011, el extenso reporte “Hacia
una economía verde”, dividido en tres secciones: inversiones en capital natural
(agricultura, agua, bosques, pesca); inversión en eficiencia energética y uso de
recursos (energías renovables, industria manufacturera, basura, construcción,
transporte, turismo, ciudades) y transición a la economía verde (financiamiento
y condiciones políticas favorables).
En julio de 2012, durante la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible conocida como Río + 20; esta
propuesta recibió otro espaldarazo cuando los Jefes de Estado y de Gobierno
aprobaron como documento final el escrito titulado “El futuro que queremos”.
El concepto de economía verde se fundamenta en la
Economía Ambiental, es decir, su instrumental analítico y propositivo es el de
la economía neoclásica convencional, por lo que mantiene los patrones tradicionales
de producción, consumo y acumulación, evaluando su desempeño a través del
crecimiento económico visto como el elemento que permitirá resolver los
problemas que enfrenta la humanidad.
Esto plantea una paradoja pues por un lado, se
refiere a la necesidad de lograr la estabilidad y un desarrollo sostenible mientras
que por otro lado, proclama que el crecimiento económico es la panacea que
ayudará a la conservación del planeta y a la erradicación de la pobreza.
Hay que tener en cuenta que el crecimiento, es una
variable de tipo cuantitativo que supone la existencia de límites naturales
marcados por la disponibilidad de recursos. Lo sostenido implica algo
persistente, constante, duradero. Nuestro planeta tiene dimensiones físicas
limitadas y por lo tanto, nada en él puede crecer de manera sostenida
indefinidamente.
Por otro lado, los parámetros de evaluación del
desempeño de la economía verde, son el beneficio financiero y el crecimiento
económico medido a través del Producto Interno Bruto (PIB). Ambos son
indicadores monetarios que miden el medio con el que se realiza la actividad
económica pero no sirven para medir la mejora de la calidad de vida de la
población o de qué manera se distribuyen los bienes y servicios en la sociedad.
El modelo de la economía verde; al igual que el
capitalismo, opera en base a intereses, un modelo realmente verde, trabajaría sobre
la posibilidad de construcción de consensos que beneficien a todos. Hace falta
un cambio de reglas y un marco de incentivos que oriente la actividad económica
sobre valores y principios como la ética, la solidaridad, la colaboración y la
contribución al bienestar de todos; para su construcción se requiere una fuerte
y continuada voluntad política de forma que sea socialmente aceptada. La economía del bien común, modelo planteado por el economista
austríaco Christian Felber, es quizás la propuesta más acabada para lograr este
cambio.
La finalidad de los negocios no debe ser únicamente
ganar dinero y obtener beneficios. Es necesario cambiar nuestra visión por otra
que vea la actividad económica como el mayor sistema de cooperación social y
creación de valor que la humanidad ha inventado. Sólo así se podrán tomar decisiones para el
beneficio de la mayoría.
La apertura, la interacción entre iguales, el
compartir, y la colaboración no solo son estrategias válidas para desarrollar
la actividad económica e impulsar una empresa; también son buenas prácticas que
permiten desarrollar unas relaciones humanas fuertes y duraderas y potencian lo
mejor del ser humano.
Bibliografía:
García Cartagena C. (31 de agosto de 2012) El bien
común, la economía de futuro o el futuro de la economía. La esquina del buen
ambiente. Recuperado el 5 de octubre de 2013 de http://buen-ambiente.blogspot.com/2012/08/el-bien-comun-la-economia-del-futuro-o.html
García Cartagena C. (2 de febrero de 2012) El
progreso que queremos. La esquina del buen ambiente. Recuperado el 5 de octubre
de 2013 de http://buen-ambiente.blogspot.com/2012/02/el-progreso-que-queremos.html
García C.; Hernández M.; Rosales L. y Sánchez L.
(octubre de 2012) Perspectiva de la economía ecológica a la propuesta de la
economía verde. Trabajo final del curso
de Economía Ecológica Centro Boliviano de Estudios Multidisciplinarios
Tapscott
D. & Williams A. D. (2009) Wikinomics. La nueva economía de las
multitudes inteligentes. Barcelona, España. Ed. Paidós.
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