El
diccionario de la RAE (1), define la pobreza como
la cualidad de pobre. Este adjetivo tipifica
las personas pobres no tienen lo necesario para satisfacer sus necesidades
básicas[1] y
remite a una forma de vida en la que se carece de los recursos, los bienes y
los servicios que permiten vivir dignamente.
La pobreza marca a quien la padece. Afecta cada aspecto de la vida y la cultura (2) por lo que la solución a esta calamidad, debe ser una respuesta social.
Muchas organizaciones trabajan en el mundo para erradicarla pero el problema persiste en el tiempo.
¿Qué origina la pobreza y por qué perdura?
En un esfuerzo por dar respuesta a estas interrogantes es posible resumir sus causas y sus factores con el esquema que encontrarán a continuación. Teniendo en cuenta que, una causa es la razón o el motivo por lo que algo sucede; un factor, en cambio, es una situación o circunstancia que contribuye a la continuidad de algo que ya existe.
Fuente: Elaborado por el autor a partir del planteamiento de Phil Bartle (2).
Como vemos, la mayoría de las causas que generan pobreza están ligadas a hechos históricos. En ese sentido, no se puede cambiar el pasado, ni impedir la ocurrencia de desastres naturales u otros fenómenos capaces de destruir los medios de vida. Sin embargo, es posible atacar los factores que la eternizan.
La ignorancia no es sólo la falta de educación. Significa también acceso limitado a la información o conocimientos que impiden tomar mejores decisiones.
Cuando la ciudadanía carece de atención sanitaria pública, oportuna y de calidad, las enfermedades pueden derivar en miseria e incluso en la muerte.
La apatía aparece cuando la gente pierde interés, o cuando se siente tan impotente ante la realidad que no intenta cambiar las cosas para mejorar sus condiciones. (2)
Un grupo de cleptócratas (de todas las banderías políticas) que se turna en el poder para gestionar los recursos públicos y tomar decisiones en nombre del país, han hecho de la corrupción y la impunidad una forma de gobierno reñida con el bien común.
Cuando se reciben ayudas gubernamentales de caridad de manera prolongada sin que estas estén acompañadas de planes efectivos para salir de la pobreza, las personas se pueden envilecer y llegar a perder la capacidad de ayudarse a sí mismas. Esta actitud fomenta el clientelismo[2] que, aupado por politiqueros, cierra el círculo vicioso de la pobreza.
A pesar de décadas de crecimiento económico en la República Dominicana, 4 de cada 10 personas siguen siendo pobres. Los programas de lucha contra la pobreza que se han implementado alivian los síntomas pero están generando dependencia y cargas financieras significativas.
La pobreza condena a gran parte de la población a una vida de privación y sufrimiento, y peor aún sin futuro. En el sistema económico y social que nos rige pareciera un problema individual o familiar. No obstante, es una consecuencia de estructuras públicas y privadas basadas en privilegios, de procesos económicos no equitativos, de formas injustas de distribución del ingreso, de la imposibilidad de tener acceso a los servicios (aunque sean limitados) que ofrece el Estado, de la insuficiente cantidad de empleo que se crea, de la incomprendida relación que existe entre la población y el medio ambiente y del grado de estabilidad y paz que en la que se vive. (3)
Mantener el estado de cosas sin cuestionar nada, sin actuar para mejorar esa realidad, implica hacer de la pobreza un mal endémico como si fuera algo consustancial a la vida con el riesgo de que un día, la desesperanza también nos vuelva pobres de espíritu.
Referencias
1. Rel Academia
Española . www.buscon.rae.es/. [En línea] RAE. [Citado el: 11 de abril de
2015.] http://buscon.rae.es/drae/?type=3&val=cultura&val_aux=&origen=REDRAE.
2. Bartle, Phil. Community Empowerment Collective. [En línea] CEC, 7 de
septiembre de 2009. [Citado el: 11 de abril de 2015.]
http://cec.vcn.bc.ca/mpfc/modules/emp-povs.htm.
3. Centro de Derechos Humanos y Medio Ambiente. [En
línea] 16 de octubre de 2002. [Citado el: 12 de abril de 2015.]
http://wp.cedha.net/wp-content/uploads/2011/05/Informe-sobre-DDHH-y-Medio-Ambiente-en-Am%C3%A9rica.htm.pdf.
Muy interesante e ilustrativo tu planteamiento, Carlos. Entiendo, sin embargo, que aquello a lo que se denomina "pobreza espiritual" es (y aquí es donde vacilo) o bien un "factor", o bien una "causa" de la pobreza. Mi vacilación viene por la apreciación de que dicha pobreza espiritual puede ser concebida como determinada por las circunstancias materiales, o como una de las múltiples causas del estancamiento de recursos que conduce o condena a la pobreza a millones de personas. Porque claro, sería más cómodo asociar pobreza económica y pobreza espiritual como si ambas fueran manifestaciones de una misma realidad, tal como lo entiende cierta doxa. Desde mi punto de vista, sin embargo, hace falta hacer valer la idea de que es la pobreza espiritual de unos pocos (esos "cleptócratas" de los que hablas o aquellos "plutócratas" que los construyen) lo que más contribuye a generar pobreza en nuestra época. De todas maneras, considero que hace falta seguir reflexionando sobre este tema.
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