El carbono capturado por los ecosistemas costeros y marinos, como los manglares, los pastos marinos y las marismas (1) es conocido como carbono azul, para diferenciarlo del carbono verde que es el capturado por los bosques terrestres.
Los ecosistemas de carbono azul existen en casi todas partes del mundo. Los manglares crecen en la zona intermareal de las costas tropicales y subtropicales; las marismas de marea se encuentran en las costas protegidas desde el subártico hasta los trópicos, principalmente en zonas templadas; y los pastos marinos se localizan en las aguas costeras de todos los continentes excepto la Antártida (2).
Mangle rojo en marisma de Montecristi. Foto cortesía de Pedro Genaro Rodríguez
Si bien, estos ecosistemas ocupan un área mucho más pequeña que los bosques terrestres, su potencial de almacenamiento de carbono, a largo plazo, es comparable a la de estos últimos, debido a la alta productividad de las plantas y a la baja descomposición de materia orgánica que ocurre en los suelos inundados.
El carbono se almacena en hojas, tallos, ramas y raíces, así como en los sedimentos subyacentes en donde puede permanecer durante cientos o miles de años, puesto que en su gran mayoría son medios anaeróbicos (sin oxígeno). Adicionalmente, la alta salinidad limita la producción de metano (2) que es mucho más contaminante que el carbono.
Si los ecosistemas de carbono
azul se mantienen saludables no llegan a saturarse, porque los sedimentos se
acumulan verticalmente. En consecuencia, la tasa de retención de carbono en los
sedimentos y el tamaño del sumidero de carbono pueden aumentar con el tiempo. Lo que es altamente positivo. En la actualidad se estima que a nivel global, los manglares tienen capacidad para capturar unas 21 giga toneladas de carbono.
Además de su capacidad para retener el carbono azul, estos ecosistemas proporcionan importantes beneficios y servicios que ayudan a mitigar los efectos nocivos del cambio climático:
- Protegen contra las tormentas, al reducir la energía cinética de las olas, así como los impactos del aumento del nivel del mar y las marejadas ciclónicas.
- Sirven como prevención ante la erosión de la costa.
- Regulan la calidad del agua
- Aseguran un hábitat esencial para especies marinas en peligro de extinción.
- Garantizan un espacio para la seguridad alimentaria de muchas comunidades costeras.
A pesar de su importancia, están altamente amenazados a nivel global. Los manglares se destruyen a una tasa del 2% por año. Las marismas se reducen a una tasa de 1-2% por año. Las praderas marinas se pierden a una tasa del 1,5% por año y han descendido aproximadamente al 30% de su cobertura mundial histórica (1).
En el plano nacional, la situación es igualmente preocupante, las malas prácticas agropecuarias, el desarrollo inmobiliario no regulado
zonas de costa y el uso de artes de pesca prohibidos, evidencian el bajo nivel de educación ambiental de una parte considerable de la población y la falta de recursos y medios con que las autoridades deberían gestionar el capital natural.
Por ejemplo, cuando los humedales se drenan o se destruyen para realizar construcciones, el carbono que había sido capturado, se oxida y es emitido de nuevo a la atmósfera como CO2, debido a la ausencia de agua y a la reactivación microbiana del suelo. Las tasas de pérdida de carbono azul varían desde 0,7 - 7% anual, según el tipo de vegetación y la ubicación (2).
La conservación, restauración y uso sostenible de los ecosistemas de carbono azul son la clave para alcanzar las metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, revisadas y aumentadas en la actualización de la Contribución nacionalmente determinada (NDC por sus siglas en inglés) para el período 2020-2025, con el que se comprometió el Estado dominicano a nivel internacional.
Del mismo modo, estos ecosistemas son esenciales para proteger las costas del país y contribuir con una biodiversidad que sostenga la vida y la economía. Mantenerlos es una responsabilidad del conjunto de la sociedad. Los que formulan las políticas públicas y los que dirigen el sector económico, son quienes tienen las mayores cuotas y, por lo tanto, un mayor compromiso.
1. Fundación Aquae. Fundación Aquae. [En línea] [Citado el: 22 de junio de 2021.] https://www.fundacionaquae.org/carbono-azul-contra-cambio-climatico/.
2. Reef Resilience Network-TNC. Reef Resilience Network. [En línea] 2021. [Citado el: 22 de junio de 2021.] https://reefresilience.org/es/blue-carbon/blue-carbon-introduction/.
3. Conservation International. The Blue Carbon Initiative. [En línea] 2019. [Citado el: 15 de junio de 2021.] https://www.thebluecarboninitiative.org/about-the-blue-carbon-initiative.
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