Este elemento fue descubierto
en 1669 por Hennig Brandt. Debido a su alta reactividad, no se encuentra en
estado puro sino formando parte de diversos minerales. La principal reserva de este recurso no renovable es la corteza terrestre. Más de 30 países extraen rocas de fosfato
para usos comerciales, no obstante, solo una docena de ellos acapara el 93% del
mercado mundial. Se utiliza
principalmente, en forma de abonos y para la fabricación de detergentes.
La entrada a la cadena
alimenticia de este elemento se da gracias a las plantas que lo absorben del
suelo en forma de fosfatos a partir de las cenizas volcánicas, o a través de
la meteorización de rocas como la
apatita (fosfato tricálcico).
Las personas y los animales
expulsan la mayor parte del fósforo consumido.
Las excretas son derivadas hacia las aguas residuales que, en su mayoría
van hacia el mar o se dispersan de cualquier otra manera. Adicionalmente, la lluvia o el agua de riego
pueden arrastrar con facilidad los fosfatos solubles y llevarlos a los sistemas
acuáticos.
Al estar integrado en un ciclo
abierto, el fósforo tiene un camino diferente dependiendo del medio en el que
se encuentre. En los sistemas terrestres
de agua dulce, el fósforo es normalmente escaso, de modo que al recibir
cantidades excesivas, a través de la escorrentía agrícola o de las fuentes de
aguas residuales, la calidad del agua se ve seriamente afectada. La incorporación excesiva de fosfatos en el
agua provoca la eutrofización[1], producto
del desarrollo masivo de algas y fitoplancton que opaca la superficie del agua
y consume el oxigeno necesario para los peces y otros animales acuáticos. Esto
acarrea como consecuencia la desaparición de los peces y de la vegetación.
En el ambiente marino, el fósforo
es absorbido por el plancton, que a su vez, sirve de comida a los peces. Algunas especies de aves (que tienen sus
nidos en tierra) se alimentan de peces y devuelven al suelo parte del fósforo por
medio de las heces (guano).
Cuando los organismos mueren,
el fósforo se hunde y una pequeña parte va a dar a los sedimentos poco
profundos, que son impulsados por las corrientes marinas hacia la superficie,
haciéndolo recuperable para el ecosistema.
En estas condiciones el plancton prolifera y al haber alimento, se
multiplican los bancos de peces.
La mayor parte del fósforo,
contenido en estos organismos, va al fondo del mar y pasa a formar parte de las
rocas que tardarán millones de años en volver a emerger y liberar de nuevo las
sales de fósforo. Esta realidad, plantea
problemas preocupantes para las generaciones futuras debido al agotamiento de
las reservas de este elemento.
Entre los años
1950 y 2000, se extrajeron aproximadamente, mil millones de toneladas
métricas de fósforo de las minas. Durante
este período, alrededor de 800 millones
de toneladas métricas de fertilizantes fueron aplicados
a las tierras de cultivo de los cuales se estima que cerca de 250
millones de toneladas métricas terminaron en sistemas acuáticos (lagos y mares)
o enterradas en rellenos sanitarios.
Los agricultores utilizan los
fertilizantes fosfatados para reponer la cantidad extraída por los cultivos. La
agricultura moderna exige prácticamente un suministro permanente de este
elemento para mantener la producción.
Alimentar a la humanidad en
constante crecimiento, acelerará la tasa de consumo de las fuentes
tradicionales de fosfato. El recurso no
se agotará pero habrá un declive de su disponibilidad[2]. Esta situación puede limitar no solo el
tamaño de la población en los ecosistemas naturales, sino incluso, la capacidad
de nuestras sociedades para producir alimentos.
Los expertos en la materia
estiman que las minas de fósforo existentes podrán explotarse entre 60 y 130
años más, indicando que la producción de fósforo declinará en cantidad y
aumentará en costos.
El
problema del cenit del fósforo puede ser incluso más complejo y difícil que el
agotamiento del petróleo. Por fortuna, el fósforo puede ser
reciclado pero si lo desperdiciamos, no podremos remplazarlo por ningún otro
recurso.
Los fertilizantes fosfatados se
aplican sin regulación, provocando residuos no aprovechables y polución. Lamentablemente,
se dilapidan los limitados suministros concentrados de fosfatos que existen.
Es imprescindible que los
Estados agrupados alrededor de las instancias internacionales de medio
ambiente, como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA),
desarrollen con un sentido de urgencia, estrategias de ahorro y eficiencia, como
el reciclaje y la devolución de fósforo al suelo para reducir la necesidad de
fertilización artificial.
Si las proyecciones antes
mencionadas son correctas, en unas cuantas décadas, la escasez de este elemento
puede generar una severa crisis debido a la falta de alimentos y a los precios
exorbitantes. No es difícil imaginar que
un escenario como este podría llevar a los países a conflictos geopolíticos.
A nivel local, nuestra agenda sobre
política ambiental puede promover, a lo inmediato, iniciativas que permitan la
recuperación de una cantidad significativa de fósforo a mediano plazo, mediante
el fomento de la agricultura sostenible[3] y
a través del desarrollo de infraestructuras para el saneamiento adecuado de las
aguas residuales.
Bibliografía:
El Fósforo en la nutrición. Zonadiet. Recuperado el
11 de marzo de 2012 de: http://www.zonadiet.com/nutricion/fosforo.htm
Fósforo.
Wikipedia. Recuperado el 11 de marzo de 2012 de: http://es.wikipedia.org/wiki/F%C3%B3sforo
Ciclo del Fósforo. Tecnun. Recuperado el 11 de marzo de 2012 de:
Fundación universidad empresa de la provincia de
Cádiz, módulo de ecología, 2007
Ante el declive del fósforo para la agricultura. Crisis energética.
Recuperado el 11 de marzo de 2012 de: http://www.crisisenergetica.org/staticpages/index.php?page=20080109123605120
Closing
the loop on Phosphorus. Ecosanres. Recuperado el 11 de marzo del 2012 de:
[1] La
eutrofización es el enriquecimiento de los sistemas de agua dulce y marina con
nutrientes, particularmente de nitrógeno y fósforo. La eutrofización ha sido una preocupación
seria del medio ambiente en gran parte del mundo desarrollado durante los
últimos 30 años, y ahora es una preocupación mundial.
[2] Se entiende por disponible, el recurso que
podemos obtener a un costo apropiado mediante la tecnología actual. Los depósitos de fósforo necesita un fácil
acceso para la extracción rentable.
[3] Estercolar el suelo ha permitido a la
agricultura asiática mantener su productividad durante milenios.
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